Unas ruinas con mucho sabor a la historia de la época española en Flandes
Una de las visitas que puedes hacer si te decides por Bruselas son las ruinas del Palacio de Coudenberg, destruido por un incendio en 1731. En él se alojaron grandes señores, reyes y emperadores, como es el caso del emperador Carlos V.
A simple vista, unas ruinas más. Pero no lo son, porque en lo que fue el antiguo Palacio de Coudenberg se alojaron grandes señores y reyes. ¡Y hasta emperadores!, como es el caso del emperador Carlos V.

Un palacio que recibe su nombre de la colina sobre la que fue levantado, la de Coudenberg, entre la primera mitad del siglo XI y la segunda del XII; un castillo fortificado que se convertiría en la primera línea de defensa de Bruselas, y que servía de residencia del duque de Brabante, aunque vivía en Lovaina. Y palacio que se fue haciendo cada vez más grande conforme aquel duque y sus sucesores ganaban más y más poder.
Como curiosidad queda que, además de servir de residencia del emperador Carlos V durante sus estancias en Bruselas (más de 4 000 días a lo largo de su vida. La ciudad en la que más tiempo permaneció), fue el lugar que acogió su abdicación. Así, en su famoso Salón del Trono, conocido como Aula Magna, abdicó en su hijo Felipe II, quien heredó su corona en 1555.

El fin
Como te hemos dicho con anterioridad, el Palacio de Coudenberg fue arrasado por un incendio en 1731. Pasarían cerca de 40 años, hasta que en 1775 se decidió levantar otro palacio en Bruselas, el nuevo Palacio Real, residencia de la familia real hasta su traslado a Laeken en 1830.

Una visita a unas ruinas llenas de historia. Y si quieres saber cómo era, no te pierdas este vídeo: