Te contamos qué libros escogió el emperador para su retiro
El emperador Carlos sólo llevó consigo una treintena de libros a su retiro en el Monasterio de Yuste. Libros de materias muy dispares, pero la mayoría libros devotos y que mueven a la meditación cristiana.
Que el emperador Carlos V escogió el Monasterio de Yuste para preparar su alma de cara a la muerte lo explica que gran parte de la treintena de libros que llevó consigo hasta allí fueran de temática religiosa. Y lo más importante: con una clara tendencia por libros escritos en francés y en castellano, sus dos lenguas principales.
Así, entre la relación de libros hay pocos dedicados a la historia, a la guerra, a la astronomía o a la astrología. Y, como entretenimiento, sólo un libro de caballerías, “El caballero determinado”, de Olivier de la Marche, que le devuelve el recuerdo de su abuelo Carlos el Temerario.

En cuanto a libros de historia, destacan los “Comentarios”, de Julio César, en su versión italiana; y la obra que su compañero y amigo Luis de Ávila y Zúñiga dedicó a la mayor gesta del emperador: el “Comentario de la Guerra de Alemania de Carlos V”, impreso en Venecia en 1548, que el emperador pudo releer en Yuste para recordar aquella época.
Lo demás son obras religiosas o de carácter piadoso, como es el caso de “La Meditación”, de Fray Luis de Granada, “La doctrina cristiana”, de Constantino, tres versiones de “La consolación de la filosofía”, de Boecio.
Obras que el emperador leyó durante los apenas dieciocho meses que permaneció en el Monasterio de Yuste. Una biblioteca que habla de un hombre necesitado de profundas convicciones religiosas, aferrado a los valores caballerescos ya olvidados, pero de los que no quería desprenderse por mucho que a su alrededor los tiempos le transmitieran una sensación de amenaza continua contra sus territorios.